miércoles, 18 de septiembre de 2019

EL VENDEDOR DE CANCIONES




No recuerdo ni su cara ni su voz. Todo lo que sé de él me lo contó mi madre. Aquel hombre se ganaba la vida vendiendo canciones. Yo era muy pequeña cuando Marcos murió.
Durante el verano, la gente de los pueblos salía a la puerta de sus casas para tomar el fresco. Algunos pensaréis que esta costumbre aún se practica, sin embargo, os aseguro que ya no es lo mismo. Ahora todos tenemos radio, televisión, reproductores de música, etc., etc., no obstante, en el momento en el que este peculiar vendedor trabajaba, no existía tal proliferación de electrodomésticos. 
Marcos iba por las calles cargado con su guitarra vieja de tanto tocarla. Con sigilo, se acercaba a los pequeños grupos de mujeres que se sentaban en la puerta de sus casas y les ofrecía su mercancía:
 -¿Queréis que os cante una canción? Las vendo baratas.
Otras veces eran ellas las que se lo pedían:
-Anda, Marcos, cántanos alguna cancioncilla para que la tarde no sea tan aburrida.
Y así, por unos pocos céntimos, rasgaba las cuerdas de su guitarra y entonaba su repertorio. También lo hacía en los bares, donde, la clientela le invitaba a tomar alguna copita de aguardiente. Al vendedor de canciones la vida le resultaba sencilla en el estío, aunque siempre decía que éste se hacía corto. Cuando llegaba el invierno, se refugiaba en las tabernas que se convertían en su único amparo.
Hoy en día, todavía se siguen vendiendo canciones por las calles, sin embargo, los matices y las maneras son distintos. 
El oficio de vendedor de canciones murió a la vez que lo hizo Marcos.

2 comentarios:

  1. Qué bonito Francisca. Cuando yo era niña también nos sentábamos en la puerta a tomar el fresco y conversar.
    Besos :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Margarita,
      Esas cosas que aprendimos en la infancia nos han marcado y nunca podremos olvidarlo. Celebro que te haya gustado este pequeño relato. Un abrazo.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.