lunes, 28 de enero de 2013

DÓNDE ESTÁN LOS «JUAN NADIE»


En 1941 Frank Capra ((1897-1991) un director de cine de éxito estadounidense, estrenó otra película sobre la depresión económica.

Su argumento de Meet John Doe era algo almibarado e idílico pero abordaba, de lleno, uno de los grandes problemas de ese momento que atravesaba la sociedad norteamericana y que era la precariedad económica que seguía dominando el país. El inicio no puede ser más gráfico: un chaval, de poco más de quince años, entra en una redacción de un periódico con una lista en la mano y un lápiz detrás de la oreja; sin mediar palabra, mira a los más antiguos y les silva para indicarles con el dedo que mueve, a la altura del cuello, de oreja a oreja que han sido despedidos. Su risita irónica y su falta de palabras imprimía un mayor carácter de tragedia a la situación de los personajes, ya viejos e indefensos, ante la actitud de prepotencia de un imberbe que los eliminaba del plano laboral. Una de las despedidas es una joven escritora que era tachada de anticuada por sus artículos. En un arranque de audacia escribe su última columna sobre un posible suicida en las próximas Navidades. A partir de ese momento se forja una idea: Crear un líder. Un hombre alto, no muy viejo, que ha jugado al deporte más popular y que encarna los ideales de una sociedad que se ha encerrado en sí misma.

Líder según el diccionario de la RAE:
«Persona a la que un grupo sigue reconociéndola como jefe u orientadora. Persona o equipo que va a la cabeza de una competición deportiva. Indica que lo designado va en cabeza entre los de su clase. »

La película se mueve al final de una década difícil y muy complicada. Se iniciaba una nueva década y no parecía mejorar la situación en 1941. El país no lograba salir de la depresión que tanto les había azotado. La prensa usa una imagen ficticia de un hombre desesperado para denunciar los problemas que tanto les acuciaba. La corrupción de los políticos, locales, los hospitales que cierran las puertas a los pobres, contra el programa de la seguridad social que es antisocial. Juan Nadie los unía a todos con una causa común. Se había convertido en un símbolo, un líder, éra alguien donde poder reflejarse y sacar lo mejor de cada uno.  Nada puede hacerles más daño porque ya están destrozados. El líder de papel pronto pasó a las ondas radiofónicas para llegar a más público. El fenómeno de masas había sido creado. La gente pensaba que Juan Nadie era el propio pueblo que puede cambiar la situación actual. Representaba una causa para la gente corriente y que se encontraba lejos de los políticos, esa casta que había engañado al pueblo pero que seguía gobernándoles. 
Necesitaban oír un discurso simple real con esperanza porque la gente está cansada de hablar de la política corrupta. Ese hombre corriente protestó contra la actual sociedad. Su creadora se creyó su propia fantasía y dijo que "Los Juan Nadie somos los mansos que tenían que heredar la Tierra"
 Sin embargo, los poderosos, escudados en sus negocios y protegidos por la casta gobernante, tenían otros planes, sus ideas eran de otros vuelos:
"Nos dirigimos hacia un orden nuevo. Este país necesita una mano de hierro. Se han dado demasiadas concesiones a este país como para comprender que alguien debe dirigirles."

En el momento que son descubiertas las intenciones reales de los poderosos los personajes despiertan de sus sueños de poder cambiar el mundo. Las palabras del poderoso son claras:
"Un orden nuevo, todos van a sacar una tajada buena de la figura de un pobre hombre corriente que habla de cosas sencillas. Yo le recogí del arroyo y le puedo devolver al mismo en cualquier momento.
Muchachos, los de siempre pueden anotarse otra victoria. Usted aceptó las 30 monedas de plata para conseguir la fama."


 Un final alentador aunque imposible de creer termina con el sueño de la honradez humana. Después de tanto tiempo sigo preguntándome si alguna vez existió Juan Nadie, si hubo un Juan Nadie por el que mereció la pena seguir y luchar, si hubo un Juan Nadie real que creyó en la utopía de una sociedad libre de dirigentes hipócritas que se escudaron en la filantropía para mostrar sus verdaderas intenciones. ¿Dónde están los Juan Nadie de cada sociedad?

Título original: Meet John Doe (1941) dir.: Frank Capra Guión: Robert Riskin. Historia: richard C, Robert Presnell. Principales intérpretes: Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Edward Arnold, Walter Brennan, James Gleason, Ann Doran, Gene, Lockhart, Regis Toomey y Spring Byington. Música: Dimitri Tiomkin. Productora: Warner Bros Pictures / Liberty Films. Fue nominada a la mejor historia para los Oscars de 1941.

jueves, 24 de enero de 2013

CHARLA Y CAFÉ CON EMILIO GUTÍERREZ CABA

Hace una semana os conté que vi la obra Poder absoluto en el teatro Talía de la Calle Caballeros, Valencia.
En los tiempos que corren, andamos, por desgracia, muy escasos de teatro actual comprometido y esta obra, de Roger Peña Carulla, está pensada para reflexionar sobre el momento actual que nos toca afrontar. Ayer, tuve la suerte de poder compartir una agradable tarde de charla y café con uno de los dos protagonistas: Emilio Guitérrez Caba. Cuando vemos a los actores en la prensa, en la televisión o los escuchamos en la radio, creemos que no podremos acceder a ellos, pero no siempre es así. Emilio Gutiérrez Caba es el mejor ejemplo de un gran actor que es accesible y muy profesional, que sabe estar a la altura de todas las circunstancias y te permite conversar con él de la manera más directa que te puedas imaginar.
Lleva muchos años en los escenarios españoles y a pesar de que, imagino, que la popularidad puede llegarle a ser incómoda más de una vez, es afable y condescendiente con todos. Durante casi dos horas conversamos sobre la función que ahora protagoniza junto a Eduard Farelo; disentimos y coincidimos en varios aspectos de la misma y me hizo reconsiderar más de alguna idea preconcebida que pudiese tener sobre el arte de la interpretación. 
Creo que poder charlar con el autor y los actores sobre la obra es una de las partes más placenteras que nos perdemos, por desgracia, pues no siempre es posible hacerlo. No sólo hablamos de la obra en sí, sino que también tuve la oportunidad de conocer más aspectos sobre su trayectoria, poco conocida, sobre la investigación de la historia del teatro español y el panorama que se nos presenta a los que aún creemos en la cultura de este país. Fueron casi dos horas inolvidables que siempre guardaré como uno de los momentos más ricos por mi empeño de querer conocer el teatro que hemos vivido y el que nos queda por vivir.
Poder absoluto de Roger Peña Carulla e interpretada por Emilio Guitérrez Caba y Eduard Farelo estará en el teatro Talía de Valencia hasta el domingo 27 de enero de 2013. Es una lástima que no corráis a verla.

viernes, 18 de enero de 2013

EL PODER DE LA PALABRA


El poder de la palabra puede hacer que un texto sin aparente acción, llegue a capturar la atención del público. Este es el caso de la última obra de teatro de Roger Peña Carulla: Poder absoluto. Esta obra, de rabiosa actualidad y llena de giros inesperados, es el cartel de inicio de la nueva etapa del teatro Talía (Valencia). Sí, ese teatro que antes pertenecía a la gestión pública y que fue abandonado, a su suerte, por la mala gestión que se viene practicando desde hace tiempo en la comunidad Valenciana. A pesar de todo, los valencianos aún hemos tenido suerte, pues el teatro Talía ha sido adquirido por el sagaz empresario del teatro Olympia de Valencia Enrique Fayos.




La obra de Peña Carulla trata de la situación política de un país cualquiera, no importa mucho conocerlo bien. Es tal la actualidad de lo que narran los dos personajes que la forman, que todos los espectadores, durante los primeros minutos, están convencidos de que se trataba de nuestro país, sin embargo resultó ser Austria. Desde mi punto de vista, puede que esa sea la primera desilusión del público. ¿Por qué el autor no ha continuado hablando de la ingeniería política maquiavélica que se aplica en los partidos políticos de nuestro país? Quiero pensar que el autor, se lo había propuesto con esa exposición de hasta dónde puede llegar el cinismo de nuestros políticos, pero, más tarde, no sé porque, se ha autocensurado y la obra ha ido por otros derroteros menos conflictivos. Su retrospectiva histórica ha virado hacia una parte de la historia que, si bien, a todos los europeos nos afecta por ser parte de nuestra historia más reciente, no es la de nuestros últimos setenta años de historia española y eso hace que se aleje demasiado de nuestro entorno. Todo lo que narra es cierto, por eso me hubiese gustado descubrir a ese autor intrépido que, imagino que es Roger Peña, y que sin miedo a nadie, escribe lo que inicia: desenmascarar la verdadera cara de los políticos.

Sobre la puesta en escena, ¿quién no ha visto a Emilio Guitérrez Caba en el teatro? Un actor de casta, seguro de sí mismo, capaz de hacer  cualquier personaje sin titubear. Puede pasar del ruin más insensible, a la persona más hundida y acabada en menos de dos segundos. Sólo cabe decir que es un actor magistral y que todo aquello que interpreta en un escenario es memorable para nuestra historia del teatro más reciente.
El segundo de abordo en esta representación es Eduard Farelo, puede que resulte algo menos conocida su cara, salvo por aquellas intervenciones que ha hecho en la pequeña y en la grande pantalla, pero es indiscutible que su voz nos debe de sonar a todos. Es uno de los actores de doblaje más habitual de los de hoy en día y no sólo en el cine sino en la publicidad que tan continuamente nos bombardea. Su voz sugerente y seductora atrapa a los espectadores como una araña a su víctima. Farelo es un actor versátil y así lo demuestra en el escenario donde aguanta el reto del maestro Gutiérrez Caba con dignidad y magnífica interpretación. Demostró sus dotes actorales cuando pasó de la inseguridad al cinismo e hipocresía como quien abre y cierra los ojos en pocos segundos.
Por último añadir que la buena dirección era palpable, prueba de ella es que el público tuvo la sensación de que la obra se le había pasado en un suspiro, que necesitaba más tiempo para saborear aquel trabajo impecable de dos grandes del teatro que demostraron que el poder de la palabra puede romper con todo aquello que pueda ser un exceso.

miércoles, 16 de enero de 2013

EL DESENCANTO


Sé que el desencanto ha sido fuente de inspiración de varios escritores. Ahora os hablaré de lo que puede significar para mí en estos momentos ese desencanto que acompaña a la melancolía y a la decepción.


Busco el significado de la palabra desencanto en el diccionario de la Real Academia Española y en él encuentro una escueta referencia a dos palabras sinónimas: decepción y desilusión.

No desisto en mi empeño de saber exactamente qué es el desencanto así que continúo buscando, en el mismo diccionario, la definición de los dos sinónimos:


Decepción: pesar causado por un desengaño.  Engaño, falta a la verdad en lo que se hace, dice o piensa.


Persevero en mi intento de comprender los conceptos y busco el otro sinónimo.


Desilusión: Acción y efecto de desilusionar o desilusionarse.


Como siempre el diccionario de la RAE es tan eficiente en sus definiciones reiterativas y huecas que quedo a la merced de mis reflexiones.

Desisto de seguir buscando axiomas que no me conducen a nada y pienso en el motivo de mi desilusión.

Siempre he pensado y he dicho que soy optimista por naturaleza. Puede que en mi ánimo albergue al pobre Cándido que creía en las personas y pensaba que el hombre (entendido como la persona) era bueno por naturaleza. Ahora pienso otra vez y veo que me equivoco. No obstante, no me avergüenzo de ser optimista y creer en la persona. Quiero decirlo y quiero practicar mi razonamiento. Creo en la belleza de todo lo que nos rodea. Creo que todo lo que ocurre tiene un motivo y una razón para serlo. Así, sin más. Sin ninguna explicación.

Puede que me hayan decepcionado más de uno, de dos o de tres, o, tal vez,  es que yo estaba dispuesta a creer, pero… ¿por qué no?

Las palabras no van con el viento. Las palabras son lanzadas al viento. Pueden flotar en él y pueden dejarse llevar como si fuesen hojas secas en medio de una ventisca.



Cuando alguien afirma algo es porque se encuentra convencido y la persona que le escucha necesita creer que todo realmente va a ocurrir como se le ha dicho.

La realidad te hace pisar el firme que tienes debajo de tus pies y, así, descubres que casi nadie cumple su palabra. Parece un lujo llevarla a su término. Que todo lo que se afirma, se jura y se perjura es algo que se va a evapora como la niebla dentro de un valle. Más de una vez he tenido la sensación de que ese vapor que envuelve a una montaña es real pero, la realidad te demuestra que, cuando vas a tocarla, desaparece dejándote una sensación de humedad que sólo te enfría el interior.

Vivimos en unos momentos donde el desgaste de la palabra es palpable. La mentira se encuentra instalada dentro de nuestros propios cimientos, sin embargo, aún, no quiero renunciar a mi condición de sencillez y quiero pensar que aún queda alguien, como yo que piensa y confía en que esto no sea un proceso irreversible. Puede que aún haya alguien que crea que las cosas, que la palabra puede ser cumplida. Puede que aún haya alguien, como yo, crea que la candidez es algo bello. La blancura del significado de la palabra cándida, esté metida dentro de la sencillez y la sin malicia que hace que se crea en las personas.

Si me permitís finalizaré con la creencia de que la persona tiene una fuerte base y eso hará que no se deje arrastrar por el fuerte viento como una palabra lanzada al vacío.

No obstante, soy fácil de ilusionar pero también muy fácil de desencantar.

lunes, 14 de enero de 2013

COHERENCIA


COHERENCIA
Todos sabéis que una de mis pasiones es el teatro. Tal como os dije, ayer estuve en el teatro, en uno de los teatros de mi ciudad. Para mí es uno de los teatros más coherentes que existe en Valencia. Enrique Fayos, junto a su hermana Mª Ángeles, son unos de los mejores empresarios de teatros que hay actualmente en Valencia.  la programación que preparan para su teatro el Olympia sigue unas pautas determinadas de espectadores. 


Tiene un público determinado y lleno de tópicos y porque no, con unos determinados gustos que un buen empresario debe seguir. Pero quiero ser seria y realista, no sólo de arte vive el hombre y el teatro, como cualquier otro negocio, tiene sus exigencias. Hace unos días, en la prensa se dio a conocer la noticia de que la empresa Fayos, accedía a gestionar el teatro Talía. 


Este teatro había sido abandonado a su suerte por la Generalitat Valenciana. Creo que todos nos alegramos de saber que la familia Fayos lo tomaba para su gestión y evitaba su cierre.

http://butaquesisomnis.blogspot.com.es/2013/01/enrique-fayos-el-principal-no-puede.html

Pero quiero hablaros del espectáculo que fui a ver ayer. Estuve en el teatro Olympia, era el último día que se representaba Wilt; una adaptación al teatro de una de las novelas más populares de Tom Sharpe. 
Sí, sé lo que muchos andaréis pensando. ¿Ese tipo de teatro es que fuiste a ver? A vuestra pregunta mi respuesta es un Sí rotundo.
¿Por qué nos rasgamos las vestiduras y nos ponemos una vitola de intelectualidad cuando leemos una novela y no con el teatro?
La novela fue publicada en 1976 y os aseguro que sus ediciones y sus traducciones a distintos idiomas son continuas, entonces, ¿por qué no explotarla en el teatro?
Su argumento es grueso y lleno de tópicos… ¿Es que acaso no hay público para promocionarlo?

Os puedo asegurar que el teatro estaba a rebosar. La gente que estaba a mi alrededor se reía a carcajadas de todos los sobreentendidos y también de los claros gestos soeces.  No voy a decir que me gustó porque no fue así, sin embargo, tampoco me atreveré a hacer una crítica dura porque no lo creo oportuno. Sólo os puedo decir que el empresario acertó en la elección de escenario y en la elección de espectáculo. Espero que este empresario coherente y lleno de sensibilidad por el trabajo que hace en su empresa, en el nuevo que regenta a partir de ahora,teatro Talía, siga regalándonos con esos espectáculos que no llegan a Valencia y que es imperdonable que no encuentren un espacio para visitarnos a los que sí nos gusta el buen teatro. Ahora tenemos un buen ejemplo: Poder absoluto.
Aunque no sólo de arte se vive, la verdad es que nos hace la vida más fácil.

lunes, 7 de enero de 2013

SOBRE LAS MALVADAS DEL CINE (01)



Desde que el mundo es mundo o bien desde que la historia comenzó a ser escrita y contada por los hombres,  la mujer es el objeto de deseo maléfico. No, no les bastaba con tener una progenitora, ni una sumisa esposa, sino que deseaban una amante, una "mujer fatal", para satisfacer sus sueños y justificar su mala conciencia del pecado. Hay infinidad de estudios sobre la mujer malvada en la pantalla. Esa mujer capaz de destrozar la vida del hombre y de volverla a recuperar pero, por desgracia, siempre a voluntad del macho.
El cine la ha llevado más de una vez a la pantalla y en todas sus vertientes. Os pondré algún ejemplo. Mujeres exóticas como las vampiresas. Esas damas de la noche que anulan la voluntad de los hombres. Ellas, en definitiva, las culpables siempre de lo que ellos desean.

Valeska Suratt. La mujer vampiro del cine mudo.
Sólo se conserva esta fotografía de la actriz. La leyenda y el misterio aumenta con la falta de información sobre este rodaje y sobre la protagonista.
<http://www.youtube.com/watch?v=3zGpHZ23L1w>






Frtiz Lang llevó su imaginación hacia el límite de lo real. En una de sus películas más famosas transforma a una mujer sencilla y bondadosa en la líder de la maldad. Su mirada será la base para llegar a ser la líder de la maldad que los hombres desean. Ese objeto frágil y sencillo es convertido en una máquina casi diabólica y llena de poder que arrastra y subyuga a los que la siguen.
Metrópolis (1927). La actriz es Brigitte Helm.

Otra seductora y malvada es Marlene Dietrich. Rubia, encantadora y dominadora hasta convertir al hombre en su juguete. En 1930 se entrenó El ángel azul, una película dirigida por Josef von Stemberg donde una joven domina la voluntad de un profesor hasta ridiculizarlo. Siempre el mismo tema: la dominación de la perversa mujer sobre el hombre, aunque, en realidad, el hombre es lo que desea.

Por antonomasia, si en el cine hubo una mujer que sedujo a la cámara, esa fue Greta Garbo. Era el objeto del deseo de todos aquellos que se atrevían a verla como la mujer que deseaban. Desde 1920 hasta su voluntaria desaparición de las pantallas en 1948, protagonizó el sueño de muchos en la figura de las más famosas heroínas de la literatura. Supo seducir con su mirada miope y ganarse el público masculino. Ella fue reconocida y envidiada.
Sus películas son numerosísimas pero me gustaría destacar Ninotchka (1939) dirigida por Ernest Lubitsch e interpretada junto a Melvin Douglas




 
Cometería una falta sino destacase lo que el cine tanto ha presentado en pantalla y es enfrentar a la bondad con la posible maldad. Robert L. Stevenson en su novela El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde publicada en 1886, desató la dualidad de la personalidad del hombre que se creía dominador de su voluntad del bien y del mal. En 1931 hubo una versión interpretada por Fredric March pero la más impactante, en mi opinión fue la dirigida por Victor Fleming de 1941 que contó con una muy rubia Lana Turner y con una morena Ingrid Berman. Las dos caras de una misma moneda junto a un pelirrojo y seductor Spencer Tracy. 

Sin embargo no bastaba con echarle la culpa a la maldad externa o interna que cada hombre pudiese llevar; Orson Welles tomó su parcela de perversión con la adaptación de la novela de Sherwood King: La dama de Shanghai a la pantalla. Welles, transgresor si cabe de todas las reglas establecidas, quiso aportar su malvada rubia cinematográfica y en esta ocasión fue Rita Hayworth. Tan rubia como la
 que más. Entre un marido celoso y un amante voraz era ella la que tomaba la palabra y la iniciativa.
A Welles no le bastó ser el cómplice de su delito sino que incluyó al propio espectador que forma parte de la película y comete el mismo delito de deseo que él puede cometer. La mujer fatal es su debilidad.

viernes, 4 de enero de 2013

SOBRE LA IMAGEN DE LOS ESPEJOS


Alguna vez, la imagen que nos devuelve el espejo, no tiene nada que ver con la realidad.
Nos miramos pero no nos vemos. Ni tan sólo nos intuimos.
El juego de espejos es un truco viejo para un mago, sin embargo, siempre hay alguien disponible a ser engañado.
¿Quién es la persona que se ve reflejada? ¿Existe esa imagen?




El fotógrafo de 1913 quiso inmortalizarse pero desde distintos ángulos ¿Quién es quién? ¿Es real? ¿Se parece a sí mismo o sólo es una proyección?




La instantánea más conocida del juego de espejos en el cine es la de Orson Welles en su película La dama de Shanghai (1947) pero eso, sí, eso es otro tema del que no quiero hablar en estos momentos.
En este comentario de mi blog pretendía reflexionar sobre lo que está ocurriendo en estos tiempos que nos toca vivir, cuando los políticos se auto-felicitan por un descenso tímido del paro sin entender que se trata de un reflejo. 
¿En qué espejo miran las cifras? ¿Hay acaso un rasero distinto para según qué clase social lo mire?
La otra cara del espejo esta próxima, demasiado cerca... pero..., pero, mejor ni pienses en cruzarla -me dice mi instinto- me temo, que es la cara corrupta de la realidad. Las corrupciones atraviesan la virtualidad de la imaginación para adherirse a la realidad tangible. Se disfrazan como algo justo y necesario. Sí, ellos pretenden hacernos creer que mantener una pléyade de cargos, dudosamente electos, que usan de su poder para “deconstruir” la realidad a su imagen y semejanza es lo correcto.
Hace unas horas ha saltado la noticia de que un conocido gestor bancario ha sido "premiado", por sus trapicheos preferentes, con la asesoría de una de las principales empresas del país. No puedo dejar de pensar que, sin yo saberlo, he cruzado el espejo y debo de estar en el lado equivocado. Debe de ser eso porque sino no tiene explicación lo que termino de escuchar al otro lado.




Vuelvo a cruzar el espejo y miro la realidad desde este otro lado. ¿Cuál es el rostro verdadero? ¿Existe?