-Siéntese, por
favor. –Le indicó el director. –Parece noto inquieta.
-Es lógico que lo
esté ¿no cree?–Contestó ella con una sonrisa forzada. –Llevo trabajando
aquí más de treinta años y nunca me había llamado a su despacho.
-Para ser exactos
lleva con nosotros, 34 años y cinco meses. –Le puntualizó el director.
-Sí.
-¿Recuerda su
primer día de trabajo en esta empresa?
-Por supuesto.
-¿Y bien? ¿Ha
notado algún cambio desde entonces hasta ahora?
-¿Con franqueza?
-¡Por supuesto! –Respondió el director. –Nuestro mayor deseo es que el personal de esta empresa se encuentre feliz y nos diga lo que piensa.
-No puedo ser
categórica. Hay matices como en cada hecho de nuestra vida.
El director movió
la cabeza en señal de aprobación por sus palabras. Tras unos segundos le siguió
interrogando.
-Hábleme de usted.
-¿De mí? –Sonrió.
-Sí, ¿cómo se
describiría?
-Nunca se me ha
dado bien hablar de mí y menos tomar decisiones, sin embargo, todo lo que he
hecho hasta ahora lo he controlado yo. Dos veces he cambiado de oficio y las
dos, creo que valió la pena hacerlo. He dejado que las ilusiones sean los
principales motores de mi vida y así me ha ido.
-¿Se considera
meticulosa y amante de los pequeños detalles?
-Nuestra existencia se conforma de ellos.
-¿Qué espera de la
vida?
La empleada 1.954
dudó un instante antes de responder a la pregunta.
-La que me queda
me gustaría poder vivirla con tranquilidad y terminarla mirando la mar.
El director dudó
ante la respuesta de la replicante, pero al fin la despidió con unas escuetas
palabras de cortesía.
-Puede continuar
con su trabajo. Gracias por su tiempo.
La replicante se
dirigió hacia el ascensor, pero no lo esperó. Al final del pasillo había una
ventana. La abrió y se sentó en el borde. Amanecía.
yo he abierto tambien la ventana para aspirar el olor de la lluvia reciente, como lo haces??!!!! que belleza, eres impagable.
ResponderEliminarMuchas gracias querida amiga. Intento explorar todos los géneros. Disfruta de la primavera tú que puedes.
EliminarEs importante que tus jefes se preocupen de que tu vida en tu trabajo vaya bien. Esto de dejar pasar el tiempo y nunca preocuparse no se yo. Buen micro. Un abrazo.
ResponderEliminarEs muy difícil ser jefe y acertar en todo, pero con un poco más de humanidad se rompen muchas barreras. Muchas gracias por leer mi microrrelato. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Francisca, un relato que te hace reflexionar sobre muchas cuestiones. Yo me quedo con esa imagen en mi mente, final, de ella mirando al mar...
ResponderEliminarHola Margarita
EliminarUn punto de inflexión para cambiar de vida o encontrarla.
Muchas gracias por leer y comentar mi relato. Un abrazo