Los que me conocéis sabéis que muchas tardes tomo la cámara
de fotos y me voy a fotografiar rincones de mi ciudad. Me fascinan esos lugares
que parecen anclados en el tiempo y, sin embargo, cuando los vuelves a mirar,
en distintos momentos del año, te das cuenta de que todo ha cambiado, que todo
ha evolucionado sin que casi lo percibas.
Algo así me ocurrió, hace unos días, cuando volví a fotografiar la iglesia de
Los Santos Juanes, en la plaza del Mercat Central. Enseñé el
resultado de mi breve excursión por la zona y una buena amiga, Suni, me preguntó que si había leído una novela reciente: La melodia del desig de Ferran Garcia-Oliver
donde aparece dicha iglesia. Le dije que no. Es más me resultó curioso
pues conozco, al autor, desde hace muchos años, y desconocía
su faceta de novelista. Busqué la novela y resultó que estaba en la
biblioteca que más frecuento. Estaba prestada así que puse una reserva. Hoy,
he recibido el aviso de que ya estaba disponible, me dispuse a recogerla y
cuando la tenía en mi poder y leía la solapa del libro alguien se
acercó para decirme algo. Antes de contestar he mirado dos veces la solapa del libro y después a la persona
que me preguntaba. Era el autor. ¿Casualidades?
Evidentemente se ha puesto muy contento al ver que tenía su novela
entre las manos. Le he narrado el motivo y le ha parecido muy divertido. Me ha
emplazado a la lectura y posterior comentario.
No sé si me gustará o no pero sí os puedo decir que lleva implícita una causa, un efecto y un resultado.
Dedicado a Su March
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.