Todos los días hay una manifestación u otra en las calles de nuestras
ciudades. El gobierno parece no oírlas. Maestros, ferroviarios, médicos,
jueces... ciudadanos en definitiva, salen a la calle a protestar ante un
gobierno que impone su voluntad a golpe de decreto ley y con el poder absoluto
de una rara mayoría.
Maquillar las acciones es como querer disfrazar lo real, lo natural.
Una manzana es una manzana por mucho que la vistas con ropajes. No dejará de
ser verde porque la recubras de hilos y botones.
El actual gobierno quiere hacernos ver que la verdad es suya y que
nosotros somos unos necios por no tragarnos sus argumentos.
Cuando era pequeña, mi padre me explicó que cuando dos personas no estaban
de acuerdo con una situación determinada, lo que debían de hacer era razonar
sobre la situación; en definitiva se trataba de que cada uno expresara su punto
de vista y al final, en la medida de lo posible, se intentase llegar a un
acuerdo. Mi padre creía en la democracia.
Hoy he escuchado el control al gobierno. La oposición, unos brillantes,
otros con más oficio, algunos con entusiasmo aunque todos, en definitiva, con
el mismo objetivo, han intentado rebatir a un gobierno que no escucha y que se
ha trazado una meta: destrozar el estado de bienestar.
En el cuento de El traje nuevo del emperador aunque todos veían la
realidad y todos la comentaban, ninguno quería hacerle ver al gobernante que
andaba en paños menores. ¿Quién será el niño inocente que le diga al presidente
del gobierno que anda desnudo con el traje que le han vendido en la Unión
Europea? ¿Quién le hará caer en la realidad de que el gasto de ese costoso
traje sólo nos ha llevado a la ruina social?
Si subes al metro, al autobús, vas a la cafetería todos hablan de lo mismo:
del desastre que anda provocando este gobierno que sólo sabe reírse de nosotros
cuando anuncia rescates, recortes y despidos. ¿Qué nos pasa? Quizá no estamos
aún lo bastante acorralados como para decirle la verdad ya de una vez. A veces
me pregunto si todos vamos todos disfrazados de inanes.
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