jueves, 27 de agosto de 2020

GUIÑOS MEMORÍSTICOS 01


En el estanco podías comprar de todo, desde un sobre y un sello, cuando la gente tenía la costumbre de enviar cartas era lo normal, hasta un paquete de picadura de tabaco para liarlo con el papel de fumar.
Mis visitas al estanco eran por otros motivos y es que en mi pueblo, el estanco, hacía las veces de papelería.
Recuerdo perfectamente a la propietaria de ese negocio. Tenía fama de ser seria y antipática con la mayoría, sin embargo, conmigo era todo lo contrario. Aquella tarde me acerqué al estanco para comprar unos mapas. Debía rellenarlos con los datos que nos había dado la maestra. Ni corta ni perezosa, aparté la cortina de la entrada y le dije con voz alta y clara.
-Deme un mapa de la peninsula del Peloponeso.
La propietaria me miró y esbozó una sonrisa que semejaba ser una mueca extraña.
Pensé que no me había entendido, pues, tampoco tenía ninguna obligación de saber de qué peninsula se trataba, así que me apresuré a aclararle
- Un mapa de Grecia.
A lo que la estanquera, con gran habilidad y rapidez, me respondió.
-Capital Atenas.
Debí de quedarme con la boca abierta, pues la mujer volvió a sonreír, y, al ver mi reacción de auténtica sorpresa, completó su comentario.
-¿El mapa lo quieres físico o político?
Desde entonces, cada vez que iba al estanco, le comentaba mis progresos en la geografía mundial.



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