COHERENCIA
Todos sabéis que una de
mis pasiones es el teatro. Tal como os dije, ayer estuve en el teatro, en uno
de los teatros de mi ciudad. Para mí es uno de los teatros más coherentes que
existe en Valencia. Enrique Fayos, junto a su hermana Mª Ángeles, son unos de
los mejores empresarios de teatros que hay actualmente en Valencia. la programación que preparan para su teatro el Olympia sigue unas pautas determinadas de espectadores.
Tiene un público
determinado y lleno de tópicos y porque no, con unos determinados gustos que un
buen empresario debe seguir. Pero quiero ser seria y realista, no sólo de arte
vive el hombre y el teatro, como cualquier otro negocio, tiene sus exigencias. Hace
unos días, en la prensa se dio a conocer la noticia de que la empresa Fayos,
accedía a gestionar el teatro Talía.
Este teatro había sido abandonado a su
suerte por la Generalitat Valenciana. Creo que todos nos alegramos de saber que
la familia Fayos lo tomaba para su gestión y evitaba su cierre.
http://butaquesisomnis.blogspot.com.es/2013/01/enrique-fayos-el-principal-no-puede.html
Pero quiero
hablaros del espectáculo que fui a ver ayer. Estuve en el teatro Olympia, era el último
día que se representaba Wilt; una
adaptación al teatro de una de las novelas más populares de Tom Sharpe.
Sí, sé lo que muchos andaréis pensando. ¿Ese
tipo de teatro es que fuiste a ver? A vuestra pregunta mi respuesta es un Sí
rotundo.
¿Por qué nos rasgamos
las vestiduras y nos ponemos una vitola de intelectualidad cuando leemos una
novela y no con el teatro?
La novela fue publicada en 1976 y
os aseguro que sus ediciones y sus traducciones a distintos idiomas son
continuas, entonces, ¿por qué no explotarla en el teatro?
Su argumento es grueso y lleno de tópicos… ¿Es que acaso no hay público para
promocionarlo?
Os puedo asegurar que
el teatro estaba a rebosar. La gente que estaba a mi alrededor se reía a carcajadas
de todos los sobreentendidos y también de los claros gestos soeces. No voy a decir que me gustó porque no fue así,
sin embargo, tampoco me atreveré a hacer una crítica dura porque no lo creo
oportuno. Sólo os puedo decir que el empresario acertó en la elección de
escenario y en la elección de espectáculo. Espero que este empresario coherente y lleno de sensibilidad por el trabajo que hace en su empresa, en el nuevo que regenta a partir de ahora,teatro Talía, siga
regalándonos con esos espectáculos que no llegan a Valencia y que es
imperdonable que no encuentren un espacio para visitarnos a los que sí nos
gusta el buen teatro. Ahora tenemos un buen ejemplo: Poder absoluto.
Aunque no sólo de arte se vive, la verdad es que nos hace la vida más fácil.
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