martes, 25 de junio de 2013

EL SENTIDO COMÚN

Puede resultarle muy fácil a Rajoy apelar al sentido común, sobre todo a quien demuestra no poseerlo. Más de una vez le oímos decir que actuará con el sentido común y lo que la conciencia le dicte. Me atrevo a decir que más de un español está algo cansado sino bien harto de que se apele a nuestro sentido común cuando, los que deberían hacer ostentación del mismo, son incapaces de demostrarlo.

Un buen ejemplo de la estupidez lo ostenta el actual ministro de cultura, educación y deporte. Con su bravuconería ha conseguido poner a TODOS, absolutamente a todos, los sectores de esta heterogénea sociedad española contra él. Se habla del malestar que abunda en las filas de su propio gabinete, sin embargo, y a pesar que se agradecería mucho, no hacen atributo de su buen sentido común y lo destituyen para evitar que continúe quebrando la maltrecha educación que tantas penurias anda sufriendo desde hace años. Cierto es que la culpa puede que venga de lejos y sean los gobiernos, que ha tenido este estado a lo largo más de treinta años de democracia, que con sus disputas internas y su dejadez hayan propiciado el vacío legal adecuado para que permita a un insensato personaje bravucón y son sentido de la equidad, quien pretende españolizar a los que no lo desean como si fuese un misionero en conquista de nuevas tierras, que deshaga a su antojo.
No quiero ser pesimista y aunque la adversidad sea tan grande y corran tiempos aciagos para nuestra educación, siempre hay un rayo de luz entre estas tinieblas y por eso me pregunto si el estudiante: Anatolio Alonso es producto de esa educación, que tanto desprecia el susodicho ministro o sólo es un producto de generación espontánea.


Creo que no, que no es espontáneo sino que es el resultado del buen sentido común, el entorno y los buenos maestros que el joven ha tenido. En sus muchas declaraciones de estos días a las que se ha visto obligado a efectuar como consecuencia del resultado en la prueba de la selectividad, ha demostrado tener más humildad y sentido común que ese amorfo personaje que ostenta la cartera ministerial.


Mi enhorabuena a Anatolio y la hago extensiva a todos los chicos y chicas anónimos que, si bien no han conseguido una nota tan espectacular, no por ello dejan de ser merecedores de felicitaciones, el que más o el que menos sabe lo que es el esfuerzo de preparar un examen de esa índole.

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