La derecha mediática desea con todo fervor que Rubalcaba dimita de su cargo.
Es una lástima que esa energía no la encauce para pedir la dimisión del
ministro Montoro. Rubalcaba representa un partido. Rubalcaba es una opción y si
a ellos no les gusta, allá sus militantes que son a los que debe rendir cuentas.
Esa derecha gritona y malsonante que se cree en el deber de tomar decisiones
incluso donde no se lo piden debe criticar a sus partidos y no justificarlos y
perdonarlos en su mala gestión.
Ayer por la tarde tuve la oportunidad de escuchar el discurso completo de Rubalcaba
en el congreso de los diputados. Enmienda a la totalidad de los presupuestos.
¡Qué remedio! No se puede hacer nada ante la mayoría absoluta del gobierno que
aplica su rodillo apisonador sobre la ciudadanía. Rubalcaba, al principio, se
mostró nervioso, algo divagante, sin embargo, cuando, pasados diez minutos,
tomó conciencia de que su trabajo consistía en criticar y demostrar que la
demagogia del ministro sobrepasaba los límites, empezó a interesarme. Rubalcaba
pronunció la frase: "nadie es nadie". Me interesó. Concluyó su
exposición con el mensaje de que el ministro Montoro había conseguido el
consenso con todos los especialistas y analistas, pues todos coincidían en
afirmar que sus previsiones carecían de toda verosimilitud y que "nadie es
nadie" y por tanto nadie conseguiría creerse su utópico presupuesto.
Nadie es nadie, volvió a repetir Rubalcaba por tercera vez, entonces tuve la
sensación de que rompía con su actual actitud de hombre negociador y, que por
fin, comenzaba a hacer su papel de oposición. Sí, es eso lo que debe hacer, Sr.
Rubalcaba: una OPOSICIÓN dura, una oposición que nos permita, a la ciudadanía,
saber que alguien nos quiere representar.
Me gustaría poder conversar con el Sr. Rubalcaba y preguntarle a que se
refiere con ese nadie es nadie.
Algún día quizá, mientras espero que no abandone su determinación y nos permita
ver, ¡por fin! una oposición decidida y perseverante. Queremos una oposición
que nos deje a los ciudadanos convencidos de que, al menos, algunos nos quieren
representar aunque sea a nadie, ese nadie que sí que es.
Interesante reflexión sobre la tomadura de pelo del Ministro Montoro y la intervención de Rubalcaba pero, al contrario que la autora del texto, no confío en que Rubalcaba sea el futuro del PSOE. Su ciclo político al frente del PSOE ha finalizado. Ese partido, por su bien y el de toda la ciudadanía de este país, requiere una nueva imagen y nuevas propuestas. Necesita perentoriamente un nuevo liderazgo ilusionante y creíble que cambie la imagen de hacer política en este país no sólo en este partido sino también en general. Se necesita que la democracia ciudadana no sea refrendar con una papeleta, cada cuatro años, una lista de nombres cerradas, muchas veces indignos de estar en ella. Democracia es y debe ser poder pedir cuentas a los representates por su actuación política; de su gestión de lo público. En todo esto debe incidir el PSOE y buscar un líder que venga de la base y no se le olviden sus orígenes.
ResponderEliminarRosalía, tienes razón, la oposición no tiene un líder y Rubalcaba había prometido serlo. Tras el fracaso de las elecciones atonómicas parece que tenga un poco de empuje ... ¿Lo hará? Lo cierto es que no tenemos líder de oposición ni tenemos, en esta nave, un gobierno que nos conduzca a ningún puerto seguro. Quiero ser optimista y pensar que Rubalcaba ha despertado de su letargo. Tiempo al tiempo. Resistiremos.
ResponderEliminar