El día que decidí nacer el médico no
estaba. Nadie sabía dónde se encontraba pero creo que a mi familia tampoco le
importó demasiado. Mi padre tomó su bicicleta y buscó a la matrona. Ella
no tardó mucho en llegar. El parto, según me han contado, fue sencillo. Mi
madre siempre ha dicho que yo tenía prisa por conocer el mundo.
Ya era de madrugada cuando todo
terminó. La matrona se quedó a dormir, en una de las habitaciones de mi casa.
Mi padre también se disponía a descansar cuando, en ese instante, se abrió
la puerta de la casa y entró el médico.
-¿Cómo ha ido todo? Bien ¿verdad?
Estaba fácil el asunto.
Todo se lo preguntó él y todo se lo
contestó a su vez. A continuación, con tono alarmante, le dijo a mi padre:
-¿Dónde está el botiquín que le toca
a la parturienta? Antes de que nadie le pudiese contestar el médico lo vio. Se
abalanzó a hurgar en su interior. No perdió ni un segundo. Buscó lo que le
interesaba y se dirigió al aseo. Sin pedir permiso a nadie entró y cerró la
puerta. Se inyectó la morfina. Unos instantes después salió algo más tranquilo.
Hurgó en su chaqueta para sacar un talonario de recetas y extendió una.
-Ve a la farmacia a por este
medicamento. Es urgente.
Mi padre cansado pero solícito tomó
su bicicleta y pedaleó hasta la botica. Pensó que sería algo necesario para su
pequeña, es decir, yo que dormía en los brazos de mi madre ajena a todo.
Ya en la farmacia, el farmacéutico,
al ver la extraña receta le miró a la cara. Volvió a leerla y se fijó en quien
la había firmado. Según siempre nos ha contado mi padre aquel hombre le habló
con franqueza. No podía suministrarle aquello que le pedía porque estaba
prohibido venderlo a particulares.
-Sabía que no te la darían, pero
tenía que intentarlo.
Esas fueron las falsas gracias que
el médico le dio a mi padre por aquella noche en la que no estuvo ni se le
esperó.
Muchos años después, nos llegó la
noticia de que el médico murió en un accidente de tráfico provocado por él
mismo. No se le practicó la autopsia. Nadie dudó en qué estado debía de
encontrarse cuando se aventuró, con su coche, contra un muro.
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