lunes, 15 de agosto de 2016

VENDEDORES AMBULANTES: EL AFILADOR

Si hay un oficio ambulante que no se ha perdido, con el tiempo, es el del afilador. Por mi barrio, con una cierta periodicidad, llega un coche con el desafinado sonsonete de una armónica a medio tocar y , a continuación, la siguiente cantinela:
"Nenas, el afilador, ha llegado el afilador, nenas."
Siempre me hace gracia el tono en el que se anuncia. Parece que sea el bálsamo de nuestros males. Creo que debería decir:
"Afile sus cuchillos y cocinará mejor." o bien "Con unas tijeras bien afiladas se cortará las uñas en un santiamén."

Cuando era pequeña a mi pueblo venía un afilador, pero éste ya  se había modernizado en el vehículo de transporte, pues llegaba en moto, pero no era una cualquiera ésta era del modelo la mobylette campera. Durante los años setenta ese fue el vehículo más popular que existía en la huerta valenciana. Este vendedor ambulante llevaba el torno de afilador sobre la rueda trasera. Estabilizaba la moto y después, arrancando el motor, hacía girar el torno a su compás. Nunca tenía una palabra amable, al contrario, siempre estaba de malhumor. Verlo con un cuchillo en la mano y eternamente enfadado no era cuestión de hacerle impacientar, así que todas sus clientes, mientras él trabajaba, permanecían calladas a la espera de que terminase el trabajo y les devolviese la herramienta que necesitaban afilar.

Ya no lo he vuelto a ver. Quizá se ha jubilado. Ahora sólo se dejar escuchar, de vez en cuando, al nuevo afilador que nos tutea, con megáfono,  desde su coche.

2 comentarios:

  1. Todavía hay algún afilador que con su armónica avisa que llega. Y yo digo casi siempre ¡Suena el afilador , trae la lluvia!

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  2. Es curioso, ayer estuve hablando del afilador y hoy ha llovido y eso que no ha sonado la armónica. ¿Coincidencia?
    Gracias por leer y comentar mi relato breve.

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